Es una organización cristiana, laica, apolítica y no sectaria, cuyo principal objetivo es alcanzar a los hombres de negocio de todas las naciones para Jesucristo; Reconciliar al hombre con Dios para que tenga Comunión con ÉL.
Asimismo, ayudar a los creyentes a que sean llenos del Espíritu Santo y a crecer espiritualmente, capacitándolos y equipándolos para cumplir la Gran Comisión, proveyendo una oportunidad para el compañerismo cristiano de todas las denominaciones y sirviendo de puente para alcanzar la unidad de todas las personas en el Cuerpo de Cristo.
A través de nuestra estrategia que consiste en compartir testimonios personales sobre el cambio de vida, por medio del conocimiento de Jesús y fundando capítulos en todo el país para lograr tal fin..
Denominamos “Capítulo” a cada uno de los diferentes grupos de miembros que desarrollan sus eventos a lo largo y ancho del país, reuniéndose semanal o quincenalmente en lugares neutrales como: restaurantes, cafeterías y hoteles; buscando fomentar el amor, la hermandad y la unidad de los creyentes sin importar su denominación o creencias religiosas. Pretendemos que el miembro traslade esto a su hogar, su familia y a la sociedad en general.
Porque damos testimonio de la presencia y el poder de Dios en nuestras vidas. Testificamos el amor, la compasión y la realidad de Jesucristo. Creemos que cuando un hombre descubre su don, y lo pone al servicio de Dios, entonces pasa a formar parte de la gente más feliz de la tierra, sin importar las circunstancias que le rodeen.
No somos una Iglesia, ni pretendemos serlo. FIHNEC es un Ministerio laico unido en el Cuerpo de Cristo, al que pueden asistir personas de toda denominación siempre y cuando alaben a Jesús y lo hayan reconocido como el Salvador de sus vidas. Sí respetamos la afiliación religiosa particular de nuestros miembros y fomentamos que asistan a sus respectivas iglesias, sin hacer proselitismo de las mismas. Tampoco somos ecuménicos porque no pretendemos hacer de todas las religiones una sola. No ordenamos ministros, sacerdotes ni pastores.
Es un movimiento explosivo del Espíritu Santo, donde se hacen evidentes las manifestaciones del poder de Dios. Sin ser una religión, nos enseñamos a tener una mejor relación con Dios, de una manera personal, sencilla y poderosa, logrando el éxito en las diferentes áreas de nuestra vida como son: la familia, la salud, la economía y el área espiritual.